domingo, 22 de junio de 2014

INTERVENCIÓN EN EL TABAQUISMO

Captación: historia del fumador
En primer lugar se debe realizar la historia tabáquica, desde el punto de vista médico, psicológico y de enfermería. Los datos que se aconseja reflejar en la anamnesis tabáquica son:
-edad de inicio
-número de cigarrilos/día consumidos
-paquetes consumidos (número de cigarrilos consumidos al día multiplicados por el número de años que lleva consumiendo esa cantidad de tabaco y dividido por 20)
-años de fumador
-número de intentos previos
-fecha del último intento
-tiempo máximo de abstinencia
-causas de recaída
-tratamiento llevado a cabo
Toda esta documentación permitirá obtener información sobre el consumo y personalizar posteriormente el seguimiento.

DIAGNÓSTICO DEL PACIENTE FUMADOR: fases del abandono del tabaco.
En segundo lugar se va a realizar un diagnóstico del fumador. Prochazca y DiClemente, en 1992, definieron cinco fases en el proceso de abandono del tabaco precontemplación, contemplación, preparación, acción y mantenimiento. Los fumadores se encuentran en una u otra dependiendo de su mayor o menor motivación para dejar de fumar y de su mayor o menor inclinación a hacer un intento serio de abandono. Se recomienda investigar la fase de abandono en la que se encuentra cada fumador, pues la actitud terapéutica deberá venir determinada por dicha fase, y el conocimiento de la etapa de abandono permitirá instaurar el tratamiento más adecuado para cada fumador. 



1. Fase de precontemplación: son aquellos pacientes que no tienen intención de dejar de fumar en un periodo superior a seis meses. El paciente se percibe a sí mismo como fumador. Generalmente son personas jóvenes y sanas que todavía no han visto afectada su salud por síntomas preocupantes relacionados con el tabaco.
Intervención: motivar al paciente para que considere la posibilidad de dejarlo. Para ello hay que facilitarle materiales que contribuyan a aumentar su motivación. Sin una intervención planificada, las personas pueden permanecer en esta fase durante mucho tiempo.

2. Fase de contemplación: son aquellos pacientes que se plantean dejar de fumar en un periodo aproximado de seis meses. Comienza a producirse un cambio de actitud en el fumador en su relación con el tabaco. Aparece una disonancia entre su conducta actual y el comportamiento deseado. El fumador piensa que sería bueno dejar de fumar pero no se lo plantea a corto plazo. En general, este cambio se debe a la percepción de los primeros síntomas negativos sobre su salud derivados del consumo del tabaco.
Intervención: deben recibir información personalizada sobre las ventajas de dejar el consumo del tabaco, así como materiales educativos, consejos sobre cómo dejarlo e información sobre opciones de tratamiento disponibles. Informar de los beneficios que se obtienen al abandonar el tabaco y entregar por escrito.

3. Fase de preparación: son aquellos pacientes que quieren hacer un intento serio de abandono en el próximo mes. El fumador ha personalizado las ventajas de dejar de fumar y está motivado para hacer el esfuerzo que implica dejar el tabaco.
Intervención: todo fumador que se encuentre en esta fase debe ser objeto de una intervención mínima sistematizada (IMS).
Interesante artículo sobre el IMS: http://www.lasdrogas.info/doc/fuentes/tabaquismo_interv_min.pdf

4. Fase de acción: son aquellos pacientes que han abandonado el hábito recientemente en un periodo igual o menor a seis meses. La persona ha tomado la decisión de dejar de fumar, ha pasado del propósito a la acción. Sólo un reducido número de personas lo consiguen en el primer intento. Suele ser un periodo más o menos largo, de fases alternantes de consumo y abstinencia.
Intervención: seguimiento del fumador. Algunos de los puntos más importantes a valorar en el seguimiento son: reforzar la abstinencia, el cumplimiento de las pautas establecidas, valoración del estado físico y psicológico y consejos para evitar recaídas-

5. Fase de mantenimiento: son aquellos pacientes que abandonaron el hábito hace más de seis meses y menos de un año. Se pretende evitar recaídas.
Intervención: seguimiento del fumador.

6. Fase de recaída: son aquellos pacientes que han vuelto a fumar. Puede aparecer en cualquier momento desde que el paciente ha dejado de fumar.
Intervención: evitar la desmoralización y el descenso de la autoestima y normalizar la recaída como parte del proceso y ayudarle a entrar de nuevo en el ciclo de cambio.


ESTUDIO DE LA MOTIVACIÓN
El grado de motivación se puede evaluar de una forma sencilla mediante el test de motivación de Richmond.


Según la puntuación obtenida se obtendrá un grado determinado de motivación. Motivación baja si es menor de 6 puntos, motivación moderada si está entre 7 y 9 puntos y motivación alta si es de 10 puntos.

Fuente:
-Serie cuidados avanzados, Cuidados enfermeros al paciente crónico (II).

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