Hoy sabemos que la respuesta de estrés puede ser modulada por diferentes factores, los principales factores psicosociales son:
1. Control: la exposición a un agente estresante que no es controlable genera respuestas de estrés más pronunciadas, la percepción de control que se tenga a pesar de que se carezca del mismo es muy importante para determinar la respuesta de estrés.
En el ámbito de la psicología se habla del locus de control, un locus de control interno se refiere a un rasgo caracterizado por la percepción de la persona de que los sucesos tienen lugar principalmente como resultado de sus propias acciones. Lo contrario sería el locus de control externo, que se caracteriza por la percepción de que los sucesos tienen lugar principalmente como resultado de las decisiones de otros, del destino, del azar.
Delante de una situación incontrolable, las personas con tendencia al locus de control interno presentan unas respuestas de estrés más elevadas que las personas con tendencia al locus de control externo.
Atribuir la falta de control a causas internas generará una disminución de la autoestima y aumentará la respuesta de estrés.
2. Capacidad de predecir: tener que mantener una respuesta de afrontamiento en una situación en la que se carece de información predictiva podría ser más estresante, asimismo, dificulta la recuperación de la respuesta de estrés si los estímulos estresantes son impredecibles. Un mismo agente estresante produce diferentes efectos dependiendo de si el sujeto tiene o no la capacidad de predecir su ocurrencia. Según la hipótesis de Seligman, lo más importante para reducir el estrés sería la seguridad que proporciona la capacidad de predicción.
3. Recursos y escapes de la frustración: los seres humanos buscamos continuamente escapes y salidas a la frustración
4. Apoyo social: el soporte social puede minimizar la reactividad cardiovascular ante un agente estresante agudo. El aislamiento social parece estar relacionado con los niveles de noradrenalina intratumorales en el carcinoma ovárico. La noradrenalina se ha relacionado con el crecimiento y la progresión del cáncer de ovario.
El apoyo social no sólo modula la respuesta de estrés, también presenta amplios beneficios sobre la salud y el bienestar a lo largo de la vida de una persona.
5. Percepción del curso de la situación: el tener una percepción de que la situación empeora puede constituirse como un factor psicológico que modula nuestro bienestar y nuestra satisfacción personal con la situación que nos toca vivir. Asimismo, también puede modular la actividad del eje HPA.
6. Novedad: la novedad puede constituirse como un agente estresante, la respuesta del eje HPA también es sensible a la novedad de la situación.
Las primeras exposiciones a situaciones nuevas y emocionalmente cambiantes provocan aumentos del cortisol en sangre.
7. Voluntad o determinación de hacer algo: el ejercicio no solamente es ventajoso para fomentar el nacimiento de nuevas neuronas sino que también ayuda a mantener un equilibrio y un entorno óptimo en nuestro cerebro.
El ejercicio parece ser muy beneficioso para nuestra salud y un factor importante para reducir el estrés. Si dejamos a un animal hacer ejercicio de forma voluntaria aumenta su tasa de generación de nuevas neuronas en la formación hipocampal y los niveles de estrés se reducen, no obstante, si obligamos a la rata a realizar la misma cantidad de ejercicio, se produce una intensiva respuesta de estrés.
Por tanto, un factor que también puede modular la respuesta de estrés es el tener la voluntad o la determinación de hacer algo.
Estilos de conducta y de temperamento
Diferentes estudios etológicos han mostrado la existencia de dos estilos principales de afrontamiento: un estilo reactivo y un estilo proactivo caracterizados por la presencia de diferentes rasgos conductuales y neuroendocrinos.
Los animales proactivos presentan una tendencia a llevar a cabo una conducta cuando se presenta el agente estresante para intentar reducir su impacto. Los animales reactivos se limitan a evitarlo.
Los sujetos con estilo proactivo de afrontamiento muestran en respuesta a la estimulación estresante una reactividad más baja del eje HPA (bajos niveles de glucocorticoides) con una alta reactividad simpática (altos niveles de catecolaminas). Los animales con estilo reactivo presentan una mayor actividad tanto del eje HPA como de la rama simpática del sistema nervioso autónomo. Estos estilos de afrontamiento podrían explicar la vulnerabilidad diferencial al estrés que media la aparición de enfermedad, en tanto que se caracterizan por presentar un valor adaptativo diferente y un patrón neuroendocrino distinto.
Fuente: Estrés y cerebro, Diego Redolar Ripoll, UOC.