martes, 19 de noviembre de 2013

ESTRÉS Y RITMOS BIOLÓGICOS

Los períodos que pasamos durmiendo y en vigilia presentan una periodicidad.
Un ritmo circadiano es un ciclo rítmico de aproximadamente 24 horas de duración, es decir, un ciclo que ocurre con una periodicidad circadiana.
Un ritmo infradiano es aquel que presenta una periodicidad superior a 28 horas, se trata de un ritmo que sucede menos de una vez al día. El ciclo infradiano que más nos interesa es el estacional o circaanual, es un ciclo que sigue las variaciones según el movimiento de traslación terrestre. Un ejemplo de ciclo infradiano es el ciclo ovárico o menstrual.
El ritmo ultradiano se refiere al ciclo que presenta una periodicidad de veinte horas o menos. Los diferentes estadios del sueño presentan una periodicidad de aproximadamente 90 minutos de duración (ritmo ultradiano). 
Este tipo de ritmos pueden afectar sobre diferentes aspectos conductuales y cognitivos, y su frecuencia suele ser proporcional a la regulación metabólica y contraria a la edad.


Algunos de los ritmos responden de forma pasiva a cambios lumínicos y ambientales diversos. Otros se encuentran regulados por relojes internos que parecen mantenerlos en cierta periodicidad.
La luz desempeña el papel de Zeitgeber, refiriéndose a cualquier clave exterior capaz de ayudar a sincronizar un determinado ritmo endógeno.


Uno de los Zeitgeber o sincronizadores más firmes en mamíferos es la estimulación lumínica pero debemos de tener presente que existen muchas otras claves externas como la temperatura, la disponibilidad de alimento, las interacciones sociales...


El ser humano posee un reloj interno que opera incluso en ausencia de información externa sobre la hora del día. Bajo condiciones estimulantes externas constantes el ciclo que hay que desarrollar se denomina ciclo de desarrollo libre.
El núcleo supraquiasmático es el reloj interno más importante en el control de la temporización de los ciclos de sueño y vigilia y controla otras funcionas que se sincronizan con el ciclo de sueño y vigilia como la secreción de determinadas hormonas, la temperatura corporal, la producción de orina, la presión sanguínea...
Esta región hipotalámica se halla regulado en un ciclo de aproximadamente 24 horas en ajuste a la rotación de la Tierra y a los ciclos de luz-oscuridad.
Las neuronas del núcleo supraquiasmático proyectan sobre diferentes regiones implicadas en la regulación del sueño y la vigilia. El reloj del núcleo supraquiasmático presenta gran estabilidad, no puede cambiar más de una hora diaria cuando es forzado a ajustarse a un nuevo horario. Dicha estabilidad queda representada con el fenómeno conocido como jet lag.
Un desfase horario continuo puede convertirse en un potente agente estresante con importantes consecuencias para nuestra salud. El nuevo horario en el que amanece y atardece no permite el restablecimiento del reloj hasta pasados unos días, de hecho, se produce una hora de ajuste cada día que el sujeto pasa en el nuevo horario.


La glándula pineal secreta melatonina al torrente sanguíneo donde puede modular los circuitos troncoencefálicos que controlan el ciclo de sueño-vigilia. Su síntesis aumenta a medida que disminuye la luz del entorno, alcanzando los picos máximos entre las dos y las cuatro de la madrugada. Con la edad, la glándula pineal produce menos melatonina lo que podría explicar porqué las personas ancianas duermen menos durante la noche y se aquejan de insomnio.

Las hormonas del estrés
Las personas presentamos una ritmicidad circadiana en el patrón de secreción de glucocorticoides y ACTH que anticipa la vigilia y el ciclo de actividad. Estas hormonas, en condiciones normales, aumentan aproximadamente una hora antes de despertarnos. Parece ser que resulta necesaria esta liberación de hormonas para poner fin al sueño.
La expectación de que el sueño finalizará a una determinada hora induce un marcado aumento en la concentración de ACTH en sangre una hora antes de despertar. El sueño no es tan reparador, nos sentimos cansados independientemente de las horas que hayamos dormido.

¿Por qué muchas personas logran despertarse a una determinada hora sin que un despertador les espabile?
http://elpais.com/diario/1999/01/07/sociedad/915663609_850215.html

La ritmicidad circadiana parece determinar la amplitud de los pulsos de glucocorticoides mientras que la ritmicidad ultradiana caracteriza la frecuencia de los pulsos de estas hormonas.
La ritmicidad ultradiana de los niveles de glucocorticoides podría modular funciones cognitivas, como el aprendizaje y la memoria.


Fuente: Estrés y cerebro, Diego Redolar Ripoll, Universitat Oberta de Catalunya.

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